MAÑANA
Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y que desistes de hacer el mal.
Ahora pues, sea engrandecido el poder del Señor, de acuerdo con lo que has hablado diciendo: “El SEÑOR es lento para la ira y grande en misericordia. Él perdona la iniquidad y la rebelión, pero de ninguna manera dará por inocente al culpable. Castiga la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación”.
No recuerdes contra nosotros los pecados de nuestros antepasados; Salgan pronto a encontrarnos tus misericordias. Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre. — Aun cuando nuestras iniquidades testifican contra nosotros, oh SEÑOR, actúa por amor de tu nombre. Ciertamente nuestras rebeliones se han multiplicado, y contra ti hemos pecado. Reconocemos, oh SEÑOR, nuestra impiedad y la iniquidad de nuestros padres; porque contra ti hemos pecado. — Si tienes presente los pecados, ¿quién podrá, oh Señor, mantenerse? Pero en ti hay perdón para que seas reverenciado.