MAÑANA
¡Cuán grande es la bondad que has guardado para los que te temen!
     Ni el oÃdo ha percibido, ni el ojo ha visto a ningún Dios fuera de ti, que actúe a favor del que en él espera. — Cosas que ojo no vio ni oÃdo oyó, que ni han surgido en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman. Pero a nosotros Dios nos las reveló por el EspÃritu. — Me mostrarás la senda de la vida. En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias en tu diestra para siempre. Â
     ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu bondad! Por eso los hijos del hombre se refugian bajo la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber del torrente de tus delicias. Ciertamente contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.   Â
      La piedad para todo aprovecha pues tiene promesa para la vida presente y para la venidera. Â