MAÑANA
Lávame más y más de mi maldad.
     Los limpiaré de toda la maldad con que pecaron contra mÃ; perdonaré todos sus pecados con que pecaron y se rebelaron contra mÃ. — Esparciré sobre ustedes agua pura y serán purificados de todas sus impurezas. Los purificaré de todos sus Ãdolos. — A menos que nazca de agua y del EspÃritu, uno no puede entrar en el reino de Dios. — Porque si la sangre de machos cabrÃos y de toros, y la ceniza de la vaquilla rociada sobre los impuros, santifican para la purificación del cuerpo, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien mediante el EspÃritu eterno se ofreció a sà mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestra conciencia de las obras muertas para servir al Dios vivo! Â
     Los libró por amor de su nombre para dar a conocer su poder. — No a nosotros, oh SEÑOR, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria por tu misericordia y tu verdad.