MAÑANA

Para esto fue manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.

      Nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales.  — Puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte este es el diablo. — Despojó a los principados y las autoridades, y los exhibió como espectáculo público habiendo triunfado sobre ellos. — Oí una gran voz en el cielo que decía: “¡Ahora ha llegado la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo! Porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. Y ellos lo han vencido por causa de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, porque no amaron sus vidas hasta la muerte.  

      Gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

1 JN. 3:8. Ef. 6:12. — He. 2:14. — Col. 2:15. — Ap. 12:10, 11. 1 Co. 15:57.

NOCHE

Vanidad de vanidades, todo es vanidad.

      Acabamos nuestros años como un suspiro. Los días de nuestra vida son setenta años; y en los más robustos, ochenta años. La mayor parte de ellos es duro trabajo y vanidad; pronto pasan, y volamos.  

      ¡Si solo en esta vida hemos tenido esperanza en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres! — Aquí no tenemos una ciudad permanente sino que buscamos la que ha de venir. — Yo, el SEÑOR, no cambio. — Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo de humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria, según la operación de su poder, para sujetar también a sí mismo todas las cosas. — Porque la creación ha sido sujetada a la vanidad, no por su propia voluntad sino por causa de aquel que la sujetó, en esperanza.  

      ¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos! — ¡Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, que era y que es y que ha de venir!.  

EC. 1:2. Sal. 90:9, 10. 1. Co. 15:19. — He. 13:14. — Mal. 3:6. — Fil. 3:20, 21. — Ro. 8:20. He. 13:8. — Ap. 4:8.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.