MAÑANA
Hermanos, . . . el tiempo se ha acortado.
      El hombre, nacido de mujer, es corto de dÃas y lleno de tensiones. Brota como una flor y se marchita; huye como una sombra y no se detiene. — El mundo está pasando y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. — Asà como en Adán todos mueren, asà también en Cristo todos serán vivificados. ¡Sorbida es la muerte en victoria! — Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Asà que, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor. — El vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Â
     No desechen, pues, su confianza, la cual tiene una gran recompensa. Porque les es necesaria la perseverancia para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengan lo prometido; porque: Aún un poco, en un poco más el que ha de venir vendrá y no tardará. — La noche está muy avanzada, y el dÃa está cerca. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. — El fin de todas las cosas se ha acercado. Sean, pues, prudentes y sobrios en la oración. Â