MAÑANA
Su Redentor es fuerte.
     Porque yo conozco sus muchas rebeliones y sus grandes pecados. — Yo he puesto el socorro sobre un valiente. — El SEÑOR tu Salvador, tu Redentor, el Fuerte de Jacob. — Grande para salvar. — Poderoso para guardarlos sin caÃda. — En cuanto se agrandó el pecado sobreabundó la gracia. Â
     El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creÃdo en el nombre del unigénito Hijo de Dios. — Puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios.
      ¿Acaso es demasiado corto mi brazo que no pueda rescatar? ¿Acaso no hay en mà fuerzas para librar?
      ¿Quién nos separará del amor de Cristo? . . . Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni lo presente ni lo porvenir ni poderes ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. Â