MAÑANA
Al que a mí viene jamás lo echaré fuera.
Cuando él clame a mí, yo lo oiré; porque soy misericordioso. — Yo no los rechazaré ni los detestaré hasta consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo, el SEÑOR, soy su Dios. — Yo me acordaré de mi pacto que hice contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto eterno.
Vengan, pues, dice el SEÑOR; y razonemos juntos: Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos. Vuélvase al SEÑOR, quien tendrá de él misericordia; y a nuestro Dios, quien será amplio en perdonar. — Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
No quebrará la caña cascada ni apagará la mecha que se está extinguiendo.