MAÑANA
Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.
Ya ustedes están limpios por la palabra que les he hablado. — La palabra de Cristo habite abundantemente en ustedes, enseñándose y amonestándose los unos a los otros en toda sabiduría.
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
Cuando la sabiduría entre en tu corazón y el conocimiento sea agradable a tu alma, te guardará la sana iniciativa y te preservará el entendimiento.
Mis pies han seguido fielmente sus huellas; he guardado su camino y no me he apartado. No me he apartado del mandamiento de sus labios; en mi seno he guardado los dichos de su boca. — He comprendido más que todos mis instructores porque tus testimonios son mi meditación. — Si ustedes permanecen en mi palabra serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.