MAÑANA
Aquel hombre será como un escondedero contra el viento y como un refugio contra la tempestad.
Puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo. — El hombre compañero mío, dice el SEÑOR de los Ejércitos. — Yo y el Padre uno somos.
El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso. — Habrá de día un cobertizo para dar sombra ante el calor abrasador, y para refugio y protección de la tormenta y del aguacero. — El SEÑOR es tu protector; el SEÑOR es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día ni la luna de noche.
Desde el extremo de la tierra clamaré a ti cuando mi corazón desmaye. — Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia. — Has sido fortaleza para el pobre, una fortaleza para el necesitado en su aflicción, protección en la tormenta y sombra en el calor; porque el ímpetu de los tiranos es como una tormenta contra el muro.