MAÑANA
Pero si no echan . . .a los habitantes de la tierra, sucederá que los que dejen de ellos serán como aguijones en sus ojos y espinas en sus costados, y los hostilizarán en la tierra que ustedes han de habitar.
     Pelea la buena batalla. — Las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Destruimos los argumentos y toda altivez . . . llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo. Â
     Hermanos, somos deudores, pero no a la carne para que vivamos conforme a la carne. Porque si viven conforme a la carne, han de morir; pero si por el EspÃritu hacen morir las prácticas de la carne, vivirán. Â
     La carne desea lo que es contrario al EspÃritu, y el EspÃritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente para que no hagan lo que quisieran. — Veo en mis miembros una ley diferente que combate contra la ley de mi mente y me encadena con la ley del pecado que está en mis miembros. — Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.    Â
NM. 33:55. 1 Ti. 6:12. — 2 Co.  10:4, 5. Ro. 8:12, 13. Gá. 5:17. — Ro. 7:23. — Ro. 8:37.