MAÑANA
En ti confiarán los que conocen tu nombre pues tú, oh SEÑOR, no abandonaste a los que te buscaron.
Torre fortificada es el nombre del SEÑOR; el justo correrá a ella y estará a salvo. — Confiaré y no temeré, porque el SEÑOR es mi fortaleza y mi canción; él es mi salvación”.
Yo he sido joven y he envejecido; pero no he visto a un justo
desamparado ni a sus descendientes mendigando pan. — Porque el SEÑOR ama la rectitud y no desampara a sus fieles. Para siempre serán guardados, pero la descendencia de los impíos será exterminada. — Pues el SEÑOR no desamparará a su pueblo, por causa de su gran nombre; porque él ha querido hacerlos pueblo suyo. —Quien nos libró y nos libra de tan terrible muerte. Y en él hemos puesto nuestra esperanza de que aun nos librará.
Contentos con lo que tienen ahora porque él mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé. De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi socorro, y no temeré. ¿Qué me podrá hacer el hombre?
SAL. 9:10. Pr. 18:10. — Is. 12:2. Sal. 37:25. — Sal. 37:28. — 1 S. 12:22. —2 Co. 1:10. He. 13:5, 6.