Octubre 29

      Que mi meditación le sea grata en el SEÑOR. — Mi amado . . . sobresale entre diez mil. — La Piedra del ángulo, escogida y preciosa. Y el que cree en él jamás será avergonzado. Tú eres el más hermoso de los hijos del hombre; la gracia se ha derramado en tus labios. — Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que es sobre todo nombre. — Agradó al Padre que en él habitara toda plenitud.   

      A él lo aman sin haberlo visto. En él creen y, aunque no lo vean ahora, creyendo en él se alegran con gozo inefable y glorioso.  

      Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura a fin de ganar a Cristo y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo; la justicia que proviene de Dios por la fe.