MAÑANA
Expulsado soy de delante de tus ojos; pero aún he de ver tu santo templo.
Sion dijo: “El SEÑOR me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mí”. ¿Se olvidará la mujer de su bebé, y dejará de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque ellas se olviden, yo no me olvidaré de ti.
Me he olvidado de la felicidad. Pensé: “Ha perecido mi fortaleza y mi esperanza en el SEÑOR”. — Despierta; ¿por qué duermes, oh Señor? Despierta; no nos abandones para siempre. — Por qué, pues, dices, oh Jacob; y hablas tú, oh Israel: “Mi camino le es oculto al SEÑOR, y mi causa pasa inadvertida a mi Dios”? — Escondí de ti mi rostro por un momento; pero con misericordia eterna me compadeceré de ti, dice tu Redentor el SEÑOR.
¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque aún le he de alabar. ¡Él es la salvación de mi ser, y mi Dios! — Estamos atribulados en todo pero no angustiados; perplejos pero no desesperados; 9 perseguidos pero no desamparados; abatidos pero no destruidos.
JON. 2:4. Is. 49:14, 15. Lm. 3:17, 18. — Sal. 44:23. — Is. 40:27. — Is. 54:8. Sal. 43:5. — 2 Co. 4:8, 9.