MAÑANA
No siendo perezosos en lo que requiere diligencia; siendo ardientes en espíritu, sirviendo al Señor.
Todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo con empeño. Porque en el Seol, a donde vas, no hay obras, ni cuentas, ni conocimiento, ni sabiduría. — Y todo lo que hagan, háganlo de buen ánimo como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. ¡A Cristo el Señor sirven! — El bien que haga cada uno eso recibirá de parte del Señor.
Me es preciso hacer las obras del que me envió mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar. — ¿No sabían que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar? — El celo por tu casa me consumirá.
Hermanos, procuren aun con mayor empeño hacer firme su llamamiento y elección, porque haciendo estas cosas no tropezarán jamás. — Deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia para ir logrando plena certidumbre de la esperanza hasta el final, a fin de que no sean perezosos sino imitadores de los que, por la fe y la paciencia, heredan las promesas. — Corran de tal manera que lo obtengan.
RO. 12:11. Ec. 9:10 — Col. 3:23, 24. — Ef. 6:8. Jn. 9:4. — Lc. 2:49. — Jn. 2:17. 2 P. 1:10. — He. 6:11, 12. — 1 Co. 9:24.