MAÑANA
Toda familia en los cielos y en la tierra.
Un solo Dios y Padre de todos quien es sobre todos, a través de todos y en todos. — Todos son hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús. — Para el cumplimiento de los tiempos: que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra.
No se avergüenza de llamarlos hermanos. — ¡He aquí mi madre y mis hermanos! Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre. — Ve a mis hermanos y diles: “Yo subo a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de ustedes”.
Vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Dios y del testimonio que ellos tenían. Y a cada uno de ellos le fue dado un vestido blanco; y se les dijo que descansaran todavía un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus consiervos y sus hermanos que también habían de ser muertos como ellos. — Para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.
EF. 3:15. Ef. 4:6. — Gá. 3:26. — Ef. 1:10. He. 2:11. — Mt. 12:49, 50. — Jn. 20:17. Ap. 6:9-11. — He. 11:40.