MAÑANA
Los que hemos creído sí entramos en el reposo.
Se han pervertido hasta el cansancio. — Veo en mis miembros una ley diferente que combate contra la ley de mi mente y me encadena con la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar. — Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
El que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras. — Sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo; la justicia que proviene de Dios por la fe. — A ellos había dicho: “Este es el reposo; den reposo al cansado. Este es el lugar de descanso”.
HE. 4:3. Jer. 9:5. — Ro. 7:23, 24. Mt. 11:28. — Ro. 5:1, 2.
He. 4:10. — Fil. 3:9. — Is. 28:12.